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Sábado, 8 de Febrero del 2025

LA LEYENDA DEL KAKUY

LA LEYENDA DEL KAKUY

«La leyenda del Kakuy es el eco de la traición, un lamento nocturno que recuerda el precio de la crueldad entre los hermanos.»

La leyenda del Kakuy se remonta a tiempos antiguos en el norte argentino, específicamente en lo que hoy es Santiago del Estero. En aquellos días, dos hermanos vivían en una humilde choza, alejada en lo más profundo de la selva, desde el fallecimiento de sus padres. Mientras el joven era bondadoso y atento, su hermana se mostraba fría y cruel.

El muchacho, cada vez que volvía del monte, traía consigo los mejores regalos: algarrobas, miel exquisita, mistoles y frutos exóticos. Sin embargo, su hermana respondía a sus atenciones con indiferencia total.

En una ocasión, durante una sequía severa, el joven regresó al rancho agotado, hambriento y sediento, con una mano ensangrentada por haber perseguido una perdiz que terminó en un cactus. Solicitó a su hermana un poco de hidromiel, pero ella, en un gesto de crueldad, lo derramó ante él, un acto que repetiría al día siguiente con la comida.

Cansado de esta actitud, el hermano decidió darle una lección. La invitó a acompañarlo a recolectar miel en lo profundo del bosque. Al llegar a un imponente árbol, le pidió que subiera hasta la bifurcación más alta. Mientras ella ascendía, él comenzó a desgajar el árbol, impidiendo su descenso. Una vez que ella quedó atrapada, él se alejó rápidamente.

La joven quedó sola en la oscuridad de la noche, gritando desesperadamente: “¡Turay, turay! ¡Kakuy, kakuy!” (“hermano mío” en lengua quichua). El silencio de la selva amplificó su terror.

Con el paso de las horas, sus manos se transformaron en alas, sus pies en garras y su cuerpo se cubrió de plumas. Así nació el Kakuy, un ave nocturna que, con su lúgubre canto, estremece a quienes lo oyen. Su grito perpetuará para siempre el dolor humano.