
FANTASMAS EN EL JARDÍN BOTÁNICO CARLOS THAYS - LEYENDA URBANA
El Jardín Botánico Carlos Thays, ubicado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, es uno de los espacios verdes más importantes y queridos de la capital. Diseñado en 1892 por el reconocido paisajista Carlos Thays, este pulmón verde es un destino obligatorio para quienes disfrutan de la flora autóctona del país. Con una superficie de 79.772 m², el jardín alberga una rica diversidad de especies vegetales, distintos jardines temáticos y majestuosos invernaderos.
Hace unos meses, una seguidora del blog compartió un dato intrigante: en el Botánico, durante la noche, se han presenciado avistamientos de fantasmas y sucesos extraños. Este comentario fue el punto de partida para mi pequeña investigación.
Exploración nocturna en el Botánico
Una calurosa tarde de marzo me dirigí al Jardín Botánico, dispuesto a recorrer sus sinuosos senderos en busca de respuestas. Mientras caminaba entre bifurcaciones y áreas verdes, observaba cómo el lugar, a plena luz del día, parecía un refugio de paz en el ajetreo de Palermo. No obstante, algunos rumores insinuaban que al caer la noche, esta tranquilidad se convertía en algo más inquietante.
Testimonios locales
Algunos visitantes y vendedores callejeros tenían relatos para compartir. Mateo, un vendedor, me dijo:
—Rara vez escuché de cosas raras en el Botánico. Algunos hablan de una mujer que fue asesinada acá y de un duende que asusta a los gatos del parque.
Patricia, una visitante frecuente, comentó:
—Vengo todos los sábados. Nunca vi nada raro, pero sí me dijeron que hay muchísimos gatos que viven acá, lo que me parece curioso.
Lo que Patricia mencionaba era cierto: los felinos están por todos lados. Un grupo de voluntarios llamado «¡Hacé feliz a un gato!» se encarga de alimentarlos y cuidarlos. Esta conexión entre los gatos y el misterio me llevó a recordar la asociación entre los felinos y lo sobrenatural en diversas culturas, como en el antiguo Egipto, donde se les atribuye la capacidad de percibir lo que los humanos no podemos.
La historia del cuidador anónimo
Lo más revelador llegó de la mano de un cuidador del Jardín Botánico, quien prefirió mantener su identidad en secreto. Me contó que en las noches, algunas cámaras de seguridad captaban extrañas manchas blancas moviéndose frente a los invernaderos, y que las puertas aparecían abiertas sin signos de vandalismo. Según su teoría, esto podría estar relacionado con las cenizas de personas que pidieron ser esparcidas en el Botánico tras su muerte. Me confesó:
—Quizá alguna de esas personas no pudo desprenderse del lugar y sigue acá.
La conversación me dejó pensativo. Mientras caminaba sin rumbo por el parque, reflexionaba sobre la posibilidad de que el Jardín Botánico fuera más que un simple lugar para relajarse. Si estos rumores son ciertos, los fantasmas de aquellos que reposan en el Thays podrían estar manifestándose en estas apariciones.
Conclusión
Al salir del Jardín, un extraño sabor de incertidumbre quedó en mi mente. Los misterios que rodean al Botánico parecen imposibles de desentrañar por completo, pero ciertamente invitan a la reflexión. A medida que avanzaba por las calles de Palermo, la tarde daba paso a la noche, cubriendo la ciudad con su manto oscuro. Me retiré, sabiendo que el Botánico Carlos Thays aún guarda secretos que quizás nunca lleguemos a comprender del todo.